La historia literaria está llena de romances trágicos, pero pocos son tan estremecedores como el de Mary Shelley, la brillante mente detrás de Frankenstein. Sin embargo, su vida personal esconde un secreto que pocos conocen y que parece salido de una novela de terror: el corazón de su amado esposo, Percy Bysshe Shelley, permaneció en su posesión hasta el día de su muerte. Sí, ¡lo has leído bien! Mary Shelley guardó el corazón de su esposo en una caja.
Un amor eterno, una pérdida desgarradora
En 1822, Percy Shelley perdió la vida en un trágico naufragio en las costas de Italia. La tragedia ya era suficiente para quebrar a cualquier persona, pero el destino tenía reservado algo aún más siniestro. Durante la cremación de su cuerpo en la playa, el corazón de Percy se negó a ser consumido por las llamas, resistiendo el calor de la pira funeraria. Este fenómeno, al parecer causado por una calcificación del órgano, dio pie a una de las historias más extrañas y conmovedoras de la historia literaria.
Mary Shelley: La viuda con un secreto macabro
Mary, devastada por la pérdida, decidió conservar el corazón de su esposo, envuelto en un paño de seda, como un sombrío recordatorio del amor que compartían. Durante años, el corazón permaneció guardado en su escritorio, un símbolo tangible de su luto y devoción. Solo después de la muerte de Mary en 1851, el corazón fue encontrado junto a un manuscrito del poema Adonais, la elegía que Percy escribió en honor a su amigo John Keats.
¿Realidad o ficción? El legado de Mary Shelley
Hoy en día, la historia del corazón de Percy Shelley ha pasado de ser una leyenda a un hecho histórico confirmado, alimentando el misterio y la fascinación en torno a la vida de Mary Shelley. La autora de Frankenstein no solo creó uno de los monstruos más icónicos de la literatura, sino que también vivió una historia que fácilmente podría ser la trama de su propio libro.
Conclusiones
El legado de Mary Shelley sigue vivo, no solo por su obra literaria, sino también por la vida extraordinaria y enigmática que llevó. Su historia con Percy Shelley, particularmente el macabro detalle del corazón, continúa capturando la imaginación de lectores y amantes de la historia por igual. Una muestra más de que, a veces, la realidad puede ser más extraña y aterradora que la ficción.

